
· Primero,
los diseños no pueden ser desarrollados
y verificados en escala real por obvios problemas económicos y prácticos.
· Segundo,
la mente humana tiene limitaciones para generar, mantener, y transmitir sus
diseños si no cuenta con ayuda externa, tales como dibujos y maquetas.
En
la presentación de un proyecto al cliente, se despliegan todas las
posibilidades gráficas, comunicativas y expresivas, por medio de volúmenes,
sombras, luces, texturas, colores y ambientación.
Tradicionalmente,
los diseñadores realizaban sus dibujos a
mano alzada. El dibujo a mano alzada es aquel que se crea sin
emplear ninguna herramienta auxiliar, sino que se hace con la mano y el lápiz u
otro instrumento similar. También se lo conoce como dibujo a pulso. Este tipo de dibujo no se hace a escala, pero
mantiene las proporciones, y para obtenerlas se emplean trucos simples como
tomar medidas con el brazo extendido, ayudándonos con el lápiz, y luego esas
medidas son trasladadas a la hoja.
Pero en la actualidad, es
evidente que existe una evolución en los
métodos de representación en el Diseño de Interiores gracias a los avances
en la tecnología, y el profesional debe incorporar conocimientos y herramientas
digitales para aumentar su
productividad, acortar tiempos y mejorar la comunicación tanto con su
cliente, como con sus contratistas.

Lo que esta nueva era digital nos ofrece es la posibilidad de centrar nuestra preocupación en la experiencia y las sensaciones que comunican los espacios diseñados, por encima de la preocupación del diseño mismo.
La coexistencia de ambos métodos, es decir la representación
a mano alzada y la representación digital, perdurará largo tiempo, al menos
hasta que los software CAD incorporen herramientas y formas de visualización
capaces de permitir al profesional suplantar el lápiz por el mouse,
convirtiéndose así en un sistema único e ideal para el proyecto y desarrollo de
documentación de los Diseños Interiores.
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